Juego de Milanos
atrás
El remolino fue perdiendo fuerza y al final sólo quedaron los milanos. Mi sorpresa fue que empezaron a aparecer milanos con plásticos en las patas, como éste de abajo que lleva una de color azul y otros tres más. Los he observado muchas veces en la zona y nunca los había visto, ni siquiera a uno, con nada enganchado.
De pronto veo que algunos milanos que no llevan la bolsa enganchada comienzan a perseguir a los que si.
Y aquí es donde creo que empecieza el juego. Son bolsas que no llevan nada dentro, por tanto no las portan por lo que pudiesen tener dentro. En una ocasión fotografié uno que se posó en un árbol con un trozo de plástico que llevaba pegado un trozo de carne. Se lo comió y dejó el plástico.
Entonces es cuando me doy cuenta de que los milanos no llevan las bolsas enganchadas, sino que las llevan agarradas. Veo un ejemplar que lleva una bolsa, el que está en la foto siguiente y que la suelta.  Dije para mi, "hombre, se le ha soltado", pero para mi sorpresa, otro milano se dirije hacia la bolsa y el que la había soltado, se gira y la vuelve a coger, con la consiguiente persecusión de su contrincante.
Aunque la foto no es de calidad, estaban bastante lejos, se puede apreciar en la foto de la izquierda como la lleva agarrada con las patas.
Al final, los milanos con sus bosas se fueron perdiendo, aunque éste que vemos en la foto se posó entre sus compañeros.
Bien, pues ante este comportamiento se me ocurren un par de hipótesis. Estaban jugando, desde el momento que vieron las bolsas volar o el verlas por el aire despertó su instinto cazador. Aunque, a lo mejor, también llevan sus propias bolsas para hacer la compra y evitar la contaminación con los plásticos.
Hace unos días, pasé por el entorno del basurero de Córdoba para ver como iban los milanos que se quedan durante el periodo estival, jóvenes por lo general, y que no crían. Alrededor de cuatrocientos este año. No tenía intención de hacer una parada, sino verlos desde la carretera (os podéis imaginar, Córdoba, tres de la tarde y un basurero, para morirse un poco). Cuando llegué, me llamó la atención un remolino que había arrastrado un ingente número de bolsas de plástico que subían cada vez más altas. De pronto me llamó la atención que entre las bolsas, había unos cuantos milanos girando con ellas. Unos 15. Eso me animó a pararme y cuento lo que ocurrió:
Vi un milano, que está señalado con un círculo azul en la foto, con una bolsa enganchada en las patas. "Pobre" pensé, "ya se le ha enganchado una bolsa como a las garcillas".